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Las armas de Amor, el arco y la flecha, solo valen en presencia de Locura. Cuando esta se hace invisible, no actúan, no produce ningún efecto las flechas que Amor lanza.Locura dirige las flechas de Amor donde ella quiere, es decir al corazón que ella elige. El Amor no sabe qué hacer con un corazón amante, es la Locura que gobierna el Amor, ella lo conduce. Cuando Locura se peleó con Amor le saco los ojos y le puso una venda de manera que nunca pueda recuperar sus ojos. Su ceguera es eterna. Desde entonces, es Locura que conduce al Amor ciego. Los ojos del Amor son los de la Locura. El Amor sigue los caminos que la Locura le traza. El Amor es esclavo de la Locura. No sabe dónde tira las flechas ni a quién. Es la Locura que guía las flechas que el Amor lanza, hacia las personas que ella elige. Antes de quedar ciego, el Amor dirigía las flechas de manera tal que se junten los mejores con los mejores, los jóvenes con sus pares y a los viejos los dejaba aparte, porque perturbaban el orden cerrado que tenía como misión la armonía del cosmos. La elección hecha por la Locura, en cambio, es arbitraria y genera sufrimientos, crea víctimas del amor no correspondido o no querido. Desde que la locura dirige al Amor, no hay más armonía ni discurso cerrado, la completud imaginaria es imposible. Locura interviene para disgregar, separar, abrir a nuevas creaciones fantasmáticas, libera las puertas del deseo siempre errante, fugitivo esencialmente inarmónico. No hay correspondencia entre el deseo y su objeto. Amor pretende la Unicidad, hacer Uno, Locura separa y hace múltiples los objetos a los que está condenado el sujeto deseante. La Locura combinada con el Amor representa la pasión ciega, sin límites, es el reino de los placeres y le da alegría a la existencia. Sin ese grano de Locura la vida amorosa no tendría ningún sabor. El Amor sin Locura es incapaz de manifestarse. Es la inventora del amor, agrega fantasías al Amor.
Te amo a vos, chica de la polera! ;)
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